La insuficiencia venosa es la incapacidad de las venas de las extremidades inferiores para empujar la sangre hasta el corazón.

Normalmente, las válvulas de las venas profundas de la pierna mantienen la sangre fluyendo de nuevo hacia el corazón. Cuando se presenta insuficiencia venosa por largo tiempo (crónica), las paredes de las venas se debilitan y pierden su elasticidad y las válvulas se dañan. Esto provoca que las venas permanezcan llenas de sangre, especialmente al estar de pie.

La insuficiencia venosa crónica es una afección prolongada. Se debe muy comúnmente al mal funcionamiento (incompetencia) de las válvulas en las venas. También puede ocurrir como resultado de un antiguo coágulo de sangre en las piernas.

Afecta hasta al 25% de la población adulta.

Síntomas

• Cansancio de las piernas.
• Calambres y hormigueo.
• Pequeñas venas (varices).
• Dolor que empeora al pararse y mejora al levantar las piernas.
• Hinchazón de las piernas.
• Piel irritada o reseca.
• Engrosamiento de la piel en las piernas y los tobillos.
• Úlceras o heridas que tardan en sanar en las piernas o en los tobillos.

Factores agravantes

• La vida sedentaria, las estancias prolongadas de pie o sentado.
• El aumento de peso.
• El hábito tabáquico.
• El estreñimiento.
• Embarazo, menopausia, envejecimiento.
• Algunos medicamentos (anticonceptivos orales).

Prevención

• No permanecer de pie, quieto o sentado largos periodos de tiempo. Mover ligeramente las piernas ayuda a que la sangre circule.
• Siempre que sea posible mantener las piernas levantadas.
• Realizar masajes en piernas y tobillos.
• Mejor la ducha que el baño.
• Evitar la ropa ceñida.
• Utilizar calzado cómodo.
• Dieta rica en fibra, frutas, verduras y cereales.
• Realizar ejercicio físico de manera regular.
• Si hay sobrepeso, intentar bajar de peso.
• Tener cuidado con el tabaco y el alcohol.
• Utilizar medias de compresión, para mejorar el flujo sanguíneo en las piernas. Estas medias aprietan suavemente las piernas para impulsar la sangre en ellas. Esto ayuda a prevenir la hinchazón de las piernas y, en una menor medida, a prevenir los coágulos de sangre.

Si con todos estos consejos preventivos no mejora el problema, deberá acudir a la consulta del médico especialista para llevar a cabo un tratamiento.