DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES – 14 DE NOVIEMBRE

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El Día Mundial de la Diabetes (DMD) fue creado en 1991 por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de la Diabetes en respuesta al aumento de la preocupación por la creciente amenaza para la salud que representa esta enfermedad.
Se celebra cada año el 14 de noviembre, aniversario del nacimiento de Sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina junto con Charles Best en 1922.
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre, es decir, la glucemia. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (es decir, la glucemia elevada), que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas, sobre todo los nervios y los vasos sanguíneos.
En 2014, un 8,5% de los mayores de 18 años tenían diabetes y, en 2019, esta enfermedad causó de forma directa 1,5 millones de defunciones.

Tipos de diabetes
1) Diabetes de tipo 1
La diabetes de tipo 1 (diabetes insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia) se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Entre los síntomas de este tipo de diabetes, que pueden aparecer de forma súbita, se incluyen la excreción excesiva de orina, la sed, el hambre constante, la pérdida de peso, los trastornos de la visión y el cansancio.
2) Diabetes de tipo 2
La diabetes de tipo 2 (diabetes no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta) se debe que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La mayoría de los diabéticos tienen el tipo 2, que, en gran medida, se debe al exceso de peso y a la falta de actividad física. Los síntomas de la diabetes de tipo 2 pueden ser similares a los que ocasiona la de tipo 1, pero con frecuencia son menos intensos. En consecuencia, a veces se diagnostica varios años después de manifestarse los primeros síntomas, cuando ya han aparecido complicaciones. Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en los adultos, pero en la actualidad se diagnostica cada vez más en los niños.
3) Diabetes gestacional
La diabetes gestacional aparece durante el embarazo, consiste en una glucemia superior a la normal pero inferior a la que justifica un diagnóstico de diabetes.
Este tipo de diabetes aumenta el riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, tanto la madre como, posiblemente, sus hijos corren más riesgo de presentar diabetes de tipo 2 en el futuro.
4) Deterioro de la tolerancia a la glucosa y alteración de la glucemia basal
El deterioro de la tolerancia a la glucosa (comúnmente denominado «intolerancia a la glucosa») y la alteración de la glucemia basal (es decir, en ayunas) son estados de transición entre la normalidad y la diabetes. Ambos pueden evolucionar hasta la diabetes de tipo 2, si bien ello puede evitarse.

Repercusiones en la salud
Con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios.
Los adultos con diabetes tienen un riesgo de dos a tres veces superior de presentar un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
La neuropatía diabética en los pies, junto con la reducción del flujo sanguíneo, aumenta el riesgo de presentar úlceras e infecciones que, en última instancia, pueden requerir una amputación.
La retinopatía diabética, que se debe a la acumulación con el tiempo de lesiones en los capilares de la retina, es una causa importante de ceguera (causa el 2,6% de los casos de ceguera en el mundo).
La diabetes es una de las principales causas de insuficiencia renal.

Prevención

  • conseguir y mantener un peso corporal saludable;
  • realizar al menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada la mayoría de los días. No obstante, para controlar el peso puede ser necesario aumentar la intensidad;
  • tomar una alimentación saludable, sin azúcar ni grasas saturadas;
  • no consumir tabaco, puesto que fumar aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.
    Diagnóstico y tratamiento
    Se puede hacer un diagnóstico temprano con análisis de sangre relativamente baratos.
    El tratamiento de la diabetes consiste en llevar una dieta saludable y realizar actividad física y en reducir la glucemia y otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos sanguíneos. Además, para evitar las complicaciones, los fumadores deben abandonar el hábito.
    Entre las intervenciones factibles cabe citar:
  • el control de la glucemia, en particular en las personas con diabetes de tipo 1, que necesitan inyectarse insulina. La diabetes de tipo 2 puede tratarse con antidiabéticos de administración oral, aunque en algunas ocasiones también requiere insulina;
  • el control de la tensión arterial;
  • los cuidados podológicos (mantener una buena higiene de los pies, llevar un calzado adecuado y acudir a profesionales de la salud para tratar las úlceras y examinar periódicamente los pies).
    Otras intervenciones son:
  • las pruebas de detección de retinopatías que puedan causar ceguera;
  • los análisis de sangre para conocer los niveles de lípidos, con el fin de regular las concentraciones de colesterol;
  • la detección de los signos tempranos de nefropatía relacionada con la diabetes.