14 DE SEPTIEMBRE – DÍA MUNDIAL DE LA DERMATITIS ATÓPICA

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El día 14 de septiembre es el día mundial de la Dermatitis Atópica.

¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por un picor intenso, piel muy seca y sensible y que tiende a la sobreinfección.
Es una enfermedad recidivante que cursa con fases de exacerbación conocidas como brotes y remisiones. En la fase de brote este eccema provoca picor y produce pequeñas vesículas que pueden formar costra y una descamación de la piel.
La dermatitis atópica afecta entre el 20% y el 30% de la población Europea además de ser el problema más frecuente en las consultas de dermatología. Puede manifestarse junto con asma o con rinitis alérgica (fiebre del heno). No es una enfermedad contagiosa.

¿Cuál es la causa?
En la dermatitis atópica, entre otros factores, existe un defecto en la barrera cutánea la cual está desestructurada. Esto favorece la penetración de agentes externos, tales como ciertos alérgenos e irritantes, que se han identificado como posibles desencadenantes del brote en la Dermatitis Atópica.

¿La piel atópica es hereditaria?
La piel atópica es una enfermedad multifactorial que resulta de la interacción de factores genéticos y ambientales. Se sabe que tiene un componente hereditario muy importante, así que padres con atopia o alergia tienen probabilidades de tener hijos con pieles atópicas. Si uno de los padres es atópico el 20% de los hijos tienen riesgo de ser atópicos, y si lo son los dos padres, el riesgo de atopia es del 72%.

¿Es más vulnerable la piel atópica?
Sí, la piel atópica es más vulnerable a las agresiones externas como cambios climáticos, alérgenos (como ácaros o pólenes), ciertos productos de higiene inadecuados, productos químicos, etc. Se recomienda el uso de productos que creen una barrera multiprotectora que proteja de forma específica a la piel atópica de los factores externos.

Síntomas
Los signos y síntomas de la dermatitis atópica varían ampliamente de una persona a otra y comprenden los siguientes:

  • Piel seca
  • Picazón, que puede ser grave, especialmente durante la noche
  • Manchas de color rojo a marrón grisáceo, especialmente en las manos, los pies, los tobillos, las muñecas, el cuello, la parte superior del pecho, los párpados, la parte interna de los codos y las rodillas, y, en el caso de los bebés, el rostro y el cuero cabelludo
  • Pequeñas protuberancias que pueden supurar líquido y formar costras si se las rasca
  • Piel engrosada, agrietada y escamosa
  • Piel sensible e inflamada por rascarse

Complicaciones
Las complicaciones de la dermatitis atópica (eccema) pueden ser:

  • Asma y rinitis alérgica (fiebre del heno).
  • Picazón y descamación crónicas de la piel.
  • Infecciones de la piel.
  • Dermatitis irritativa de las manos.
  • Dermatitis alérgica de contacto.
  • Problemas de sueño.

Prevención

  • Baños: ayudan a relajar al bebé. El agua debe ser templada (inferior a los 33°C) y el baño no debe prolongarse más de 10 minutos. Se deben elegir geles para el baño que no resequen la piel, preferiblemente que sean sobregrasos y con un pH fisiológico. Secar siempre sin frotar.
  • Después del baño, cuando la piel está aún húmeda, aplicar una crema emoliente específica y formulada para tratar la piel atópica, que hidrate la piel del bebé. Su uso diario es una ayuda eficaz para espaciar los brotes y las recaídas. El uso regular de emolientes durante los primeros seis meses de vida reduce hasta en un 50% la probabilidad de padecerla.
  • Mantener las uñas cortas y limpias para evitar que durante el rascado se produzcan lesiones e infecciones.
  • Es preferible usar ropa de algodón y lino, incluida la de la cama, pues facilita la transpiración. Al lavar la ropa, debe aclararse bien y evitar el uso de suavizantes y lejías.
  • Hay que intentar prolongar la lactancia materna, ya que fortalece el sistema inmune del bebé y evita rechazos alimentarios.
  • Pueden bañarse en el mar o las piscinas, aunque en situaciones de brotes es preferible evitar baños. Evitar las horas en que el sol es más fuerte. Proteger la piel del sol utilizando cremas solares de alta protección y específicas para la piel atópica. Después de los baños es aconsejable enjuagar la piel y poner una crema emoliente, pues las sales del mar y el cloro pueden irritar la piel.
  • La temperatura y la humedad de las habitaciones deben mantenerse constantes, evitando ambientes secos. Las habitaciones deben ventilarse diariamente. Se debe evitar el uso de alfombras o peluches que faciliten la acumulación de polvo.
  • Hay que intentar identificar y evitar desencadenantes que empeoren la afección. Algunos factores que pueden empeorar la reacción cutánea son el sudor, el estrés, la obesidad, los jabones, los detergentes, el polvo y el polen. Reduce la exposición a los desencadenantes. Los bebés y niños pueden sufrir exacerbaciones al consumir determinados alimentos, como huevos, leche, soja y trigo. Consulta con el médico de tu hijo cómo identificar las posibles alergias alimentarias.

Mitos y realidades del cuidado de la piel del niño atópico
A continuación se indican algunos mitos relacionados con los niños atópicos.

  • Mito: “Los pacientes atópicos sólo pueden bañarse dos veces a la semana”. Realidad: Los niños atópicos pueden bañarse diariamente. Se recomienda que sean baños cortos, con agua templada y se debe aplicar crema hidratante cuando la piel todavía se encuentre humedecida.
  • Mito: “Los niños atópicos son alérgicos a la lana”. Realidad: Los niños atópicos suelen tolerar mal algunas prendas como las de lana, ya que la piel se irrita por los pelillos del tejido, pero no son atópicos por la lana per se. Tampoco toleran las etiquetas de la ropa o abrigarlos demasiado.
  • Mito: “Las cremas con corticoides pueden producir retraso en el crecimiento” Realidad: Las cremas con corticoides son útiles cuando los niños presentan brotes de atopia. Si se utilizan por el tiempo indicado por el médico y se hacen mantenimientos dos veces por semana es muy poco probable que causen retraso de crecimiento.
  • Mito: “Los pacientes atópicos no pueden tener animales en casa”. Realidad: Es frecuente tener perros y/o gatos en casa. Si desde que nace el bebé se encuentra en contacto con estos animales no tiene porqué desarrollar alergias. Así mismo el pelo del gato tiende a ser más alergénico para niños atópicos.

Se recomienda que el cuidado de la piel del niño atópico se incremente.