PERRO Y PLAYA: LO QUE HAY QUE TENER EN CUENTA

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En la Farmacia Ayala Pauner (Farmabaix) sabemos que las mascotas también son muy importantes para ti. Por ello tenemos una sección de veterinaria y queremos dedicarles un blog.

Disfrutar de la playa junto con tu perro es un sueño que todos los que tienen mascotas desean compartir, pero hay que tener en cuenta algunas precauciones y conocer la normativa vigente del lugar.

Normativa

La Ley de Costas, aquella con la que se garantiza la protección ambiental y el desarrollo del litoral español, no realiza ninguna especificación sobre el uso de las playas por parte de los perros. Dictamina que son los ayuntamientos los encargados de establecer sus propias normas en lo que respecta a este tema.

Hay playas en las que no se permite el acceso a los perros durante todo el año, otras que lo hacen durante unos meses específicos y otras a las que se puede acceder con las mascotas los 365 días del año.

Por tanto, antes de desplazarte con el perro a la playa, es aconsejable visitar la web del ayuntamiento del lugar, para estar informados de dicha normativa. Además, cada playa deberá de tener paneles informativos que indicarán su reglamento.

Precauciones

Igual que sucede con las personas, no es lo mismo ir a la playa con perros en los meses calurosos que en los de más frío.

Durante los meses de más calor y cuando el sol es más fuerte, los cuidados se intensifican. Se deberá de tener especial cuidado con la piel de los perros, aplicándoles una crema protectora en aquellas zonas donde la densidad del pelaje es menor, como, por ejemplo, alrededor de la nariz y en las axilas.

También se deberá tener especial cuidado con las horas que pasan a pleno sol y que las actividades que realicen no sean intensas. Sin embargo, la tarea más trabajosa con la que se van a encontrar los dueños de los perros, es estar atentos durante todo el tiempo que se esté en la playa, y sobre todo que no ingieran agua del mar. Esto es muy importante, puesto que puede desembocar en problemas gastrointestinales. Para intentar evitar esto, se les debe de tener siempre disponible un cuenco lleno de agua, para saciar su sed.

En épocas de frío, los cuidados se centrarán en la protección de los ojos, los oídos, las almohadillas y la posible ingesta de agua de mar y de arena. Para ello, una vez se llegue a casa, es importante utilizar un limpiador ocular para quitar los posibles granos de arena que le hayan podido entrar en los ojos. De la misma forma ocurre con los oídos. Se les deberá realizar una inspección y una limpieza con el objetivo de extraer toda la suciedad. Además, antes de ir a la playa es aconsejable proteger sus almohadillas con una crema protectora específica para ellos.

En cualquier época del año, si vas a la playa con el perro, cuando llegues a casa, lávalo con agua dulce para eliminar restos de sal y arena que los puede perjudicar.

Beneficios

Pasar un día en la playa con tu perro no sólo resulta una experiencia agradable y divertida gracias a compartir momentos de diversión juntos, sino que realmente aporta grandes beneficios para él. Estar en contacto directo con el sol le aporta la dosis de vitamina D que necesita, siempre estando alerta y evitando las horas de más calor. Su sensibilidad olfativa también saldrá reforzada puesto que los perros se pasarán gran parte de la jornada olfateando y descubriendo olores poco familiares y distintos a los que normalmente le rodean. Además, caminar por la arena le hará fortalecer su musculatura, ejercitar sus articulaciones y quemar calorías.

Medusas

Uno de los principales problemas cuando acudimos a la playa son las plagas de medusas. Aunque suponen un fastidio, las esquivamos con cierta facilidad ya que conocemos los riesgos de las picaduras. Sin embargo, los perros son seres inocentes y curiosos, por lo que podrían convertirse en un blanco fácil para ellas. ¡Ojo con tu mascota! Especialmente si acudes a una playa o cala salvaje en la que no se controlan las plagas.

Aunque los perros están más protegidos que nosotros por su pelaje y las almohadillas, algunas zonas de su cuerpo como la trufa o la cara interna de sus orejas son sensibles a las picaduras. Si le pica una medusa, puede que sufra una inflamación en la piel y que se muestre nervioso o cansado. Igualmente, podría tener dificultades para respirar y lloriqueará debido al dolor. Si reconoces algunos de estos síntomas, no lo dudes y acude al veterinario cuanto antes.

Por otro lado, debes tener en cuenta que el veneno afectará en mayor o menor medida al perro en función de diversos factores como su estado de salud, la edad, el peso, la zona afectada, el grosor de la piel o la especie de medusa que le ha picado.

Cómo actuar ante una picadura

Puede que sepas cómo actuar en el caso de que te pique una medusa. ¿Pero has pensado alguna vez qué debes hacer si le pica a tu perro? ¡Recuerda que ellos no razonan de la misma forma que nosotros! Por lo que tu mascota podría alterarse fácilmente.

El primer paso será calmar al animal. Utiliza palabras cariñosas para que se tranquilice y, sobre todo, evita que se lama o se rasque la zona con la picadura. Así evitarás que el veneno se extienda a otras partes.

Aplica hielo lo más rápidamente posible durante al menos 15 minutos. El hielo deberá envolverse en una toalla para que no entre en contacto directo con la piel del animal. De esta forma estarás consiguiendo un efecto anestésico debido al frío y le aliviarás el dolor a tu mascota.

Cuando se encuentre más aliviado, deberás revisar la piel y el pelaje del perro para asegurarte de que no quedan restos de la medusa o sus tentáculos.

En el caso de que queden restos, tendrás que quitarlos con guantes y aclarar con agua salada. ¡Nunca utilices agua dulce ni frotes la piel! Después, raspa cuidadosamente la zona afectada.

Una vez en casa, tendrás que lavarle la herida con vinagre durante diez o quince minutos. Aunque no reduce el dolor, sí que inactiva las descargas de los nematocistos (las células rellenas de veneno).

Finalmente, tendrás que secarle muy bien la zona y aplicarle una pomada analgésica. Estas suelen llevar corticoides o antihistamínicos, por ello lo mejor es que acudas al veterinario para que te recomienden la más adecuada.

Vigílalo bien. Ellos son juguetones y no saben dónde está el peligro.