CUIDADOS DE LA PIEL DEL BEBÉ

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La piel del bebé es delicada y requiere de cuidados especiales. Por eso, es importante prestar especial atención a los productos que utilizamos en la rutina del cuidado e higiene del bebé.

La piel de los recién nacidos es muy diferente a la piel de los adultos: es hasta diez veces más fina, se seca con facilidad y resulta más propensa a alergias e irritaciones. Además, pasa por muchos cambios en su apariencia y textura.

Cuidados:

Prepara el baño. el agua de la bañera debe estar a unos 37ºC, y la del cuarto de baño entre  20ºC y 22ºC. Además, tienes que tener a mano todo lo que vayas a necesitar: productos, toallas, esponja…

Siempre pendiente. Una vez que tu bebé esté en la bañera, durante los primeros meses debes sujetarlo con firmeza. A partir de los 4 ó 5 meses ya puedes emplear una hamaquita de baño. Y SOBRE TODO, en ningún momento lo dejes sin vigilancia, ni dentro de la bañera, ni en el cambiador.

Utiliza productos específicos. Usa jabón y champú líquidos infantil, hipoalergénicos y con pH neutro, que respeten el manto ácido cutáneo y formulados específicamente para bebés. También es importante contar con una esponja, preferiblemente que sea natural. Acuérdate de irla renovando tanto para evitar gérmenes como para que siempre esté suave.

Controla el tiempo. Procura no tenerle en la bañera más de 5 minutos y lávale el pelo sólo instantes antes de sacarle del agua, porque los bebés pierden mucha temperatura por la cabeza.

Sécale con delicadeza. Cuando termines de bañar al bebé, sécale dándole ligeros toquecitos, sin frotarle, para no irritar su piel. Comprueba bien todos los pliegues y arruguitas de la piel, para asegurarte de que no quedan restos de humedad.

No te olvides de hidratar. Aplícale una leche infantil hidratante, mediante suaves masajes hasta su completa absorción.

Aceite de masaje: aunque no es algo imprescindible, si quieres dar un masaje relajante a tu bebé después del baño, conviene que adquieras un aceite de masaje específico para su delicada piel.

El cambio de pañal: zonas delicadas. Para limpiar el culito del bebé, utiliza toallitas especiales para este momento, o si lo prefieres, agua y un gel lavante o un jabón supergraso. Es fundamental realizar la limpieza desde la zona más limpia a la más sucia, es decir, de delante hacia atrás, para no arrastrar la suciedad.

Barrera antibacteriana. Una vez limpio, y antes de colocar el nuevo pañal, asegúrate de que tiene totalmente secos los pliegues de las nalgas y las ingles, y aplícale una buena capa de crema protectora en el culito, cuya función es crear una barrera que prevenga las posibles irritaciones en esta zona, debido al contacto directo con la orina y las heces y prevenir la temida dermatitis del pañal.

Perfume. Para perfumarle delicadamente, puedes utilizar unas gotas de agua de colonia sin alcohol, para vaporizar sobre su cuero cabelludo o sobre su ropa.

Cuidados también fuera de casa. Al salir de paseo con tu bebé en los meses de otoño e invierno, cubre las zonas más delicadas para protegerle tanto de resfriados como de la acción resecante del frío. En la cara y en cualquier época del año, aplícale siempre una crema hidratante. A partir de los 6 meses se recomienda que la crema tenga también factor de protección solar.  

Toalla y/o albornoz: deben estar confeccionadas con un algodón muy suave y absorbente.

Y sobre todo, hay que tener en cuenta que todos los productos que utilicemos sobre la piel del bebé, deben ser de alta calidad y tolerancia, y estar formulados especialmente para ellos, tanto para la higiene, como para el cuidado de su piel sensible. Los productos para adultos pueden contener ingredientes que están prohibidos para la población infantil y pueden resultar nocivos para ellos.

Un bebé sostendrá tu mano durante un tiempo,

pero tu corazón para siempre