El uso obligatorio y prolongado de las mascarillas, hace que la piel facial se irrite en muchos casos. Las mascarillas generan fricción así como un aumento de la temperatura y de la humedad (sudor, saliva al respirar). Pero también en las mascarillas higiénicas no desechables se pueden encontrar residuos tras su lavado con detergentes. Todos estos factores hace que aparezcan molestias y problemas en la piel facial como por ejemplo: irritación, granos y en casos más severos dermatitis o infecciones de la piel. Episodios de rosácea o acné como consecuencia del aumento del calor y la humedad y en las pieles más sensibles, rozaduras en la nariz o tras las orejas por la fricción.

Cuidado de la piel con el uso de mascarilla
Para evitar las irritaciones en la piel por la mascarilla y para mantenerla cuidada e hidratada, hay una serie de recomendaciones que hay que seguir cada día:

• Limpieza facial. Con agua micelar y un algodón, o con agua y jabón neutro al menos dos veces al día: al levantarnos y antes de acostarnos. Mantener el rostro limpio nos protege de infecciones bacterianas.
• Hidratación: lo ideal es con productos que aceites naturales, ácido hialurónico o ceramidas para que se mantenga la humedad natural de la piel y se evite con ello la deshidratación.
• Brotes de acné severos: puede ser recomendable algún tratamiento más “agresivo” con productos que contengan ácido salicílico o peróxido de benzoílo.
• No utilizar maquillaje durante el tiempo que vayamos a utilizar la mascarilla. Este tipo de productos pueden obstruir los poros y contribuir a la aparición de granitos. Si deseamos un mejor tono de piel es más aconsejable utilizar cremas hidratantes tipo BB Cream.
• Protección solar adecuada: aunque el rostro vaya tapado en parte, hay que utilizar una protección solar adecuada, ya que es importante durante todo el año.
• Es importante que las mascarillas que utilicemos estén homologadas. La farmacia es un establecimiento seguro que garantiza la homologación de las mascarillas para una protección óptima.